Biografía

Foto de Miguel Arriagada Tudor

Hola, soy Miguel, tengo 44 años, soy psicólogo hace 20 y desde entonces he trabajado como psicoterapeuta en muchos contextos. Ello me ha permitido conocer un sinfín de historias y realidades, tan diversas como las propias personas somos.

Nací en Santiago, dónde viví hasta los 26 años, sin embargo, pronto la vida me trajo a Talca, dónde finalmente me quedé.

Una influencia que marcó mi camino

Cuando estaba en la Universidad, tuve una profesora que me marcó muchísimo. Ella nos regalaba las mañanas de los sábados, en su consulta, a un grupo de compañeros, su conocimiento, su tiempo y experiencia para empaparnos del trabajo en la consulta, en la clínica, con una generosidad infinita, que por supuesto trascendió los años y la academia, para formarnos profesional y personalmente.

Formación en psicoterapia estratégica

Estudié un Postítulo en Psicoterapia Estratégica Breve. Una de las cosas que aprendí fue que un factor crucial dentro del proceso terapéutico es la capacidad de las personas para resolver sus problemas. Se sabe que los diferentes gatillantes ambientales (como perder un ser querido, un accidente, el desempleo, etc.) pueden alterar dicha capacidad, siendo el propósito de la psicoterapia contribuir a reestablecer este modo autónomo de funcionamiento.

Una de las principales ventajas del modelo estratégico breve es que permite aprovechar los recursos sanos y constructivos de las personas, para reestablecer su capacidad de afrontamiento y resolución frente a las adversidades que pudieran gatillar sus dificultades, y de este modo, lograr una mejoría significativa, en el menor número de sesiones posibles.

Magíster y vínculo con la universidad

Posteriormente, hice un Magíster en Psicología Clínica, lo que me permitió acercarme al mundo académico, facilitando el acceso a investigaciones recientes, pero también a participar más regularmente del contexto universitario, colaborando en la formación de los futuros psicólogos, especialmente clínicos, de la región del Maule.

El corazón del trabajo clínico

Habitualmente me preguntan cómo he podido trabajar tantos años en una profesión que te exige escuchar tantas dificultades, sufrimientos y dolores. La respuesta viene de la otra mitad del vaso; la mayoría de esas adversidades se convierten en historias de renacimiento, de superación, de crecimiento, incluso en circunstancias traumáticas.

Por ello digo que mi trabajo usualmente comienza con los dolores humanos, pero termina con resiliencia, orgullo y crecimiento. Este es el motor que alimenta mi trabajo y del que intento compartir con aquellos que me han permitido acompañarles en ese camino de mejoría.